PASEO POR EL BOSQUE
Tan solo en el ingreso a Cariló uno ya puede ver, sentir y oír un lugar lleno de energía y exclusividad.
Cariló presenta un bosque tupido, poblado de pinos y un piso de arena y pinocha que invita a recordar las leyendas sobre gnomos y duendes.
Las construcciones hechas en este bosque son un atractivo aparte. Con casas lindas, algunas grandes, cada una con su estilo, pero lo más importante es que se mimetizan con el estilo de Cariló. El municipio de acuerdo al terreno les indica cuales árboles se puede sacar y cuantos debe plantar nuevamente, por lo que hay casas que debieron cambiar su estructura para respetar al pino. Además utilizan, en muchos casos, materiales que mantienen el paisaje como piedra y madera.
Lo mismo ocurre en los paseos de compra. Todo comenzó con una casita de estilo alpino, con un techo a dos aguas, y la curiosidad de que un lado de su techo llega al piso y está recubierto de pasto donde pastaban ovejas.
Luego el centro fue creciendo y se crearon diferentes galerías y paseos de muchos estilos, desde tradicionales argentinos hasta de estilos extranjeros.
Todos los locales tienen buena atención e impecable y variada mercadería que se complementan con exposiciones exteriores.
Pero más allá de lo que el hombre pueda generar, este bosque consigue la forma de disimularlo. Se puede caminar o cabalgar en las calles de arena, buscando piñones para luego comerlos y este entorno lo aleja de una ciudad de casas o ruidosa. Puede apartarse del centro comercial y conocer el golf de Cariló, ir hasta la iglesia, perderse en sus caminos y finalizar en la playa para refrescarse y disfrutar del sol.


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