CONJUNTO JESUITICO DE NUESTRA SEÑORA DE LORETO
En el año 1610 se funda la primera versión de Nuestra Señora de Loreto en la región del Guayrá, actualmente Brasil, que luego fue trasladada, debido a los ataques de los bandeirantes (portugueses que ganaban tierra para su imperio). La misma suerte corrieron las otras reducciones instaladas en la provincia de Misiones.
De la mano del Padre Antonio Ruiz de Montoya, en el año 1686, la Misión Nuestra de Loreto se estableció definitivamente en la región del Yabebyrí, perteneciente durante un tiempo al territorio paraguayo.
Todas las misiones jesuíticas tenían mucho en común, pero a su vez cada una contenía un diferencial que la destacaba. En el caso de Loreto II, era un centro de peregrinación, muy importante en Semana Santa.
El diseño urbano de la misión era parecido al resto de las estancias jesuíticas, donde la plaza era el centro y a su alrededor se ubicaban los edificios importantes. El conjunto de Loreto contaba con la iglesia, sacristía, casa de los Padres, escuela, cementerio, huerta y otras dependencias comunitarias. Las viviendas en tira de los aborígenes guaraníes ocupaban los lados restantes.
Las iglesias siempre se destacaban ya que la principal función de los jesuitas era evangelizar a los nativos. En el caso del templo de Loreto tenía «tres naves con cúpula sobre el crucero y presbiterio recto, pórtico con gradería de piedra y una imagen de la Virgen de Loreto coronando la puerta principal; el campanario, exento, era único por su monumentalidad».
Una calle frente a la iglesia conectaba el centro con dos sedes pequeñas, ubicadas afuera del área urbana principal. Hacia el sur estaban la plaza ceremonial, con una capilla dedicada a la Virgen de Loreto y el coty-guazú o casa de viudas. Hacia el norte, se pueden ver restos de una capilla hexagonal. Las construcciones eran de piedra y adobe o tapias; las estructuras eran de madera y las cubiertas principales, de tejas musleras.
Al visitar las ruinas se puede ver el avance de la selva, algo que le da un toque aventurero, pero que ha deteriorado las estructuras. En el recorrido se ven los trabajos de restauración que rescatan restos de obras utilitarias, como letrinas y canalizaciones de riego, paredes y algunos carteles permiten entender lo que se está observando.
En la misión de Loreto ocupa 75 hectáreas y es un lugar ideal para jugar con las sombras de la selva misionera para las fotografías. En la época de esplendor esta estancia se especializó en la producción de yerba mate. A su vez se instaló la prensa con la que se editaron, a partir del 1700, algunos de los primeros libros producidos en el actual territorio argentino.
En el año 1984, el Conjunto de Loreto fue incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Además es Patrimonio y Monumento Histórico Nacional.
Para visitar:
Vecina al actual pueblo de Loreto, pasando la cárcel. A 16 km. al sur de San Ignacio.


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- Ruinas Jesuíticas de Loreto
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