HACIENDA DE ISASMENDI – HACIENDA DE MOLINOS
La Hacienda de Molinos fue el origen del pueblo del mismo nombre, sus tierras comprendían varios kilómetros a la redonda y el casco de la estancia funcionó como posta para los viajeros en la época de la colonización española.
El casco de lo que fue la estancia es una hermosa herencia de la construcción colonial de adobe, con dos grandes patios donde grandes e históricos árboles de brea dan sombra. Sus amplias galerías con techos de tejas permiten sentarse y admirar cada detalle de los patios, las aberturas de madera e intentar imaginar la vida cotidiana de los siglos pasados en Molinos.
La casona se construyó durante el mayor esplendor de la estancia que duró desde el año 1726 hasta el año 1837. Sus tierras se extendían desde Molinos hasta San Carlos y se producían vinos, cereales, verduras y ganado, entre otras cosas.
Actualmente funciona como hotel y se lo puede visitar. Allí también funciona un restaurante y el Museo de Arqueología del Sitio El Churcal, donde se conserva parte de la historia prehispánica de los Valles Calchaquíes.
Lo interesante de destacar también, es que el pueblo de Molinos se origina a partir del casco de la estancia, luego se construye la iglesia de San Pedro de Nolasco (Monumento Histórico Nacional) en frente y las casas detrás de la misma. Todo el casco histórico de Molinos comienza desde la Hacienda de Isasmendi.
La Historia
Aunque la familia Isasmendi fue la dueña de estas tierras por más de un siglo, estos no fueron sus dueños originales. Molinos perteneció a los nativos calchaquíes, que luego fueron dominados por los quechuas y los Incas que bajaban desde Perú conquistándolo todo.
Molinos fue parte del Camino del Inca que llegaba hasta Mendoza, un camino militar, estratégico, cultural y seguro para la comunicación del imperio. Ya en esos tiempos Molinos era un espacio de descanso entre pueblos incaicos de diversas culturas originarias.
Luego de la conquista española, en el Siglo XVII, el general Diego Diez Gómez recibe las tierras de Molinos como pago por sus servicios prestados a la Corona Española. Más tarde la estancia fue habitada por su hija Doña Magdalena Diez Gómez y su marido, el general Domingo de Isasi Isasmendi.
En el año 1767, Isasi Isasmendi fallece y la estancia fue heredada por su hijo mayor, Don Nicolás Severo de Isasmendi y Echalar (1753-1837) quien fue el último gobernador realista de Salta.


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