PARQUE NACIONAL DO IGUACU
La majestuosidad de las cataratas del Iguazú no dejan de sorprender en cada visita, no importa cuántas veces las visites, siempre te llevaras un excelente recuerdo de lo que la naturaleza puede crear y eso es algo difícil de poner en palabras.
Partiendo desde Puerto Iguazú, por la Ruta Nacional 12 hacia el norte, nos dirigimos a Foz do Iguaçu, en Brasil, para visitar las Cataratas del lado Brasilero y disfrutar de la cultura, gastronomía y buena atención del país vecino.
Este parque nacional fue creado en el año 1939 y junto al lado argentino protegen un área de 600.000 hectáreas de selvas preservadas por diversas fundaciones, protegidas por UNESCO y declaradas una de las 7 maravillas naturales del mundo. El lado brasilero posee más de 185.000 hectáreas.
Para conocer y disfrutar de este ecosistema del lado brasilero se puede llegar en vehículos propios, públicos o de agencias de turismo. Una vez en el parque, buses proporcionados por la administración lo acercan a la pasarela que comienza en la barranca del río Iguazú desde donde se obtiene una gran vista panorámica de los saltos del lado argentino, ideal para fotografiar.
El sonido del agua cayendo desde diversas alturas y en gran caudal, es un fuerte murmullo que nos recibe apenas bajamos del bus y pisamos los primeros metros del sendero. Son 1200 metros de camino y escaleras desde donde además de las vistas del lado argentino, se descubren saltos que sólo se ven en el lado de Brasil.
Cruzando la siempre verde selva miles de las mariposas amarillas sobrevuelan el sendero brindando un espectáculo inigualable que, junto unos cuantos coatíes, deslumbran a los turistas. Arañas y muchos otros insectos nos acompañan en el recorrido, mientras admiramos el paisaje y recordamos el dicho «desde Argentina se viven las Cataratas de Iguazú y desde Brasil se ven», por eso lo mejor es visitar ambos lados si tiene la oportunidad.
Es un solo sendero, con paradas en diversos miradores para obtener las mejores fotos. Durante el recorrido se aprecian saltos importantes como el Salto Rivadavia y Tres Mosqueteros. A medida que se llega al final se comienza a sentir la fuerza de la Garganta del Diablo, en el cañón del río Iguazú, hasta que sentimos que nos moja la bruma en el mirador inferior, un punto panorámico que se encuentra a sólo 200 metros de los saltos, sobre el cañón del río.
Este mirador es un lugar muy divertido, donde la gente siente la fuerza de las cataratas, se ríe, fotografía y admira el arcoíris en permanente formación. No dudes en mojarte y sentir el toque del río Iguazú ya que la zona es de clima cálido y te secarás rápido.
El recorrido finaliza frente al Salto Floriano, donde se encuentra el elevador vidriado que nos lleva al nivel del estacionamiento mientras observamos por última vez las cataratas, también se puede regresar caminando por las escaleras. En este último punto y como despedida, el Parque Nacional do Iguaçu instaló un balcón por encima del río con vista panorámica ¡Hasta en el piso!
Pero el parque nacional es más que tan sólo caminar por unas horas, allí se puede realizar navegación hasta la base de algunos saltos, safaris de aventura, kayak, visitar el centro de visitantes para conocer más sobre la historia, flora y fauna, y helitours, entre otras actividades.
Si tienes que decidir en qué fecha ir a visitar las Cataratas, te comento que octubre es el mes de mayor caudal en el río lo que las muestra con mayor fuerza y se alimentan también los saltos más pequeños.
Recuerda no alimentar a los animales, obtener sólo fotografías, no realizar ruidos fuertes, no arrojar basura ni arrancar plantas. Gracias al esfuerzo de todos, este parque es un santuario natural para el futuro.
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