BIENVENIDOS A SALTO
Muy concurrida los fines de semana, Salto se ha convertido en un destino de miniturismo para escapadas en Buenos Aires.
De arraigada tradición agrícola, su origen se remonta al año 1737 cuando se estableció un fortín para la defensa del poblado y una guarnición militar, de los ataques de los malones.
Salto es una ciudad-pueblo muy tranquila, donde se puede apreciar el paisaje campestre, degustar ricos asados en restaurantes de campo, o refrescase en la arboleda del balneario-camping municipal.
El balneario se encuentra sobre el Río Salto, que da nombre a la ciudad y es un lugar donde un dique crea una pileta en el río y hay mesas, bancos, parrillas y baños para disfrutar un día completo en familia y con amigos. A su vez se puede visitar el Molino Quemado, que son las ruinas de un importante molino harinero que funcionó desde 1856 hasta 1931.
También se inmortaliza a un viejo personaje de Salto, con un busto en la entrada del cementerio que recuerda a Pancho Sierra, quien fuera un santo o curandero muy famoso en la región fallecido en el año 1891. Cuentan allí que gente de todos lados iban a visitarlo para que les cure todos los males y al fallecer una multitud despidió sus restos que se encuentran en el cementerio de Salto.
Salto es sereno, natural, campestre, de clima templado y se encuentra a sólo 170 kilómetros de Capital Federal. Esto lo convierte en un destino ideal para visitar y más de un gaucho amigo lo invitará a volver varias veces.


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