FARO SAN JUAN DE SALVAMENTO
La ubicación del faro San Juan del salvamento es en el extremo oeste de la Isla de los Estados en la provincia de Tierra del Fuego. Este faro fue habilitado al servicio el 25 de mayo de 1884, cumpliendo su función hasta el año 1902, año que fue destruido por los interminables vientos de la región. Este fue el primer faro propiamente dicho en nuestro mar. Su construcción señala la fecha de inicio del balizamiento terrestre en nuestro país, y en gran parte se debió al gran escollo que constituía para la navegación a vela el cabo de hornos y que posteriormente fuera sustituido por el faro Año Nuevo en la isla Observatorio.
La construcción de este faro era uno de los objetivos que debía cumplir la «División Expedicionaria al Atlántico Sur», y que bajo el comando del Alférez Lasserre, llevó a cabo con éxito la misión. En San Juan del Salvamento, Lasserre dispuso todo lo necesario para montar el faro y una Subprefectura Marítima, que además de atender el servicio de este faro, debía servir de estación de salvamento para auxiliar a los numerosos naufragios de entonces. El 27 de abril de 1884, todas las tripulaciones de los buques que intervinieron en la Comisión, se dieron a la tarea de montar el faro y una casilla precaria.
Su estructura es una caseta octogonal de cedro canadiense natural con techo y globo superior color plomo. Su altura es de 6,50m. La garita se encuentra dentro de la gaceta en ventana dirigida al NE, en el faro su alimentación es eléctrica fotovoltaica. Su equipo luminoso era del mismo tipo usado poco después en el Faro Río Negro, la luz estaba proporcionada por 8 lámparas de petróleo. Dejó el servicio el 1 de octubre de 1902, día en que se prendió el Faro Año Nuevo.
Tan importante fue su instalación y ubicación tan alejada de los mas importantes centros mundiales, que Julio Verne se atrevido a escribir una novela utilizando a la Isla de los Estados y al Faro San Juan del Salvamento, como escenarios de su obra «El faro del fin del mundo». En el semanario francés de deportes náuticos «Cols bleus» del 19 de agosto de 1962, encontramos un articulo que comienza diciendo: «La República Argentina tuvo la feliz idea de construir el faro del Fin del Mundo y las naciones deben saber agradecerle». El faro fue declarado monumento histórico en el año 1976 por decreto Nro. 1388 del mismo año.
El famoso escritor francés Julio Verne, autor de «Veinte mil leguas de viaje submarino», salió poco de Francia y jamás conoció las tierras de América del Sur. Sin embargo, en su novela «El faro del fin del mundo» da la impresión de haber sido un gran conocedor de la Isla de los Estados. Pero sólo viajó hasta allí con su imaginación. En la novela, los tres argentinos encargados del faro deben hacer frente a una banda de doce piratas sudamericanos que continuamente saqueaban los barcos que habían naufragado en el tempestuoso mar que rodea a la isla. El origen y la creación de la torre tienen mucho que ver con el relato, escrito 20 años después de la inauguración del faro de San Juan de Salvamento.
En sus orígenes, el llamado «faro del fin del mundo» fue colocado en punta Lasserre, al oeste de la entrada del puerto de San Juan de Salvamento, el 25 de mayo de 1884. La primera ubicación del faro no fue la más adecuada ya que ni la subprefectura ni los barcos podían distinguirse nítidamente a más de 8 kilómetros debido a las islas delanteras que tapaban la visión. Ya que su estructura era débil, fue necesario reconstruirlo. Los expertos opinaron que era mejor hacerlo en otro lugar. Fue entonces cuando se lo reemplazó por el de la Isla del Observatorio, y recién en 1904 se instaló el faro de Cabo Vírgenes para señalar la entrada al transitado Estrecho de Magallanes.
En el faro sólo viven tres marineros que son relevados cada cuarenta y cinco días. El grupo de franceses, que estuvo a cargo de su reconstrucción, llevó consigo a un músico para que, allí mismo, compusiera la sinfonía del fin del mundo. El 3 de octubre de 1997 se inauguró, en el ex presidio de Ushuaia, una muestra que contiene una maqueta exacta, realizada en escala uno en uno, del «faro del fin del mundo» en la Isla de los Estados. Y una historia novelada en el recuerdo de los que la visitan parece devolverle la vida.


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