CALLE ANGOSTA, CALLE ANGOSTA…
A fines del Siglo XIX llega el ferrocarril a Villa Mercedes uniendo Buenos Aires con la zona cuyana. Al norte de la ciudad se construyó la estación de trenes que generó un importante nexo de comunicación y transporte de productos hacia distintos lugares de Argentina.
En esos años de fin de la campaña del desierto los malones de nativos habían sido desterrados y nuevos inmigrantes ocupaban sus tierras con ánimos de progreso y un nuevo comienzo.
La Calle Angosta toma vida como una huella detrás de las vías del ferrocarril por donde pasaba una sola carreta por el ancho del camino. De un lado se encuentraba el alambrado del tren y del otro la vereda sola y casas.
Por la Calle Angosta llegaban las encomiendas del norte para enviar en tren a Buenos Aires, cruzando desde la Calle de Los álamos hacia la «Calle Ancha» o Tres de Ferbero hoy conocida como Pedernera.
La vereda sola de la Calle Angosta se creó debido a que los empleados del ferrocarril construyeron sus casas y entre ellas nacieron los almacenes de ramos generales como los de Cándido Miranda, Don Manuel, José Orozco, el «Turco» Abraham y Calixto María. En dichos almacenes por las tardes y noches se juntaban los trabajadores a cantar y tomar.
La fama
La Calle Angosta se hizo famosa gracias a una cueca que nace en las peñas del barrio creada por José A. Zavala e inmortalizada junto a José Alfonso. Ellos le dieron vida a la canción y Villa Mercedes tomó notoriedad gracias a su Calle Angosta de una vereda sola.
En la cueca se describe la calle y el paisaje de casi mediados del Siglo XX, comenta sobre la Calle Angosta, sus boliches y que la calle se encuentra entre la calle Los Álamos y el Molino Harinero Fénix construido en el año 1922 en el otro extremo de la ciudad.
La cueca dice así:
Calle angosta, calle angosta / La de una vereda sola / Yo te canto porque siempre / estarás en mi memoria.
Sos la calle más humilde / De mi tierra mercedina / En los álamos comienzas / Y en el molino terminas.
Calle angosta, calle angosta / Si me habrán «labrau» los chocos / Un tun-tun, ¿quién es? Y ya estaba / a dos picos la tonada. / Calle angosta, calle angosta / La de una vereda sola.
Tradicionales boliches / Don Manuel y Los Mirandas / Frente cruzando las vías / Don Calixto, casi nada.
Cantores de aquel entonces / Allí en rueda se juntaban / Y en homenajes de criollos / Siempre lo nuestro cantaban.
Boliche Don Miranda
Los almacenes de Ramos Generales guardaban encomiendas, vendían productos y servían para la recreación de los trabajadores del ferrocarril y el molino harinero.
Allí los hombres se pasaban largas horas guitarreando, tomando y jugando a las cartas; mientras que los niños jugaban con los perros (chocos) en la calle y las mujeres estaban en la casa.
Estos almacenes conocidos como boliches, fueron el sustento de algunas familias una vez que cerró el ferrocarril y ahora son peñas folklóricas que permiten viajar en el tiempo y rememorar viejas canciones en su escenario original.
La Peña Boliche Don Miranda se encuentra sobre la Calle Angosta y es el lugar donde se puede recordar el origen de la cueca Calle Angosta.
Cada año se realiza el Festival de la Calle Angosta allí mismo en un anfiteatro y las peñas abren sus puertas para recibir a todos los turistas que visitan Villa Mercedes durante todo el año y en especial durante el festival.


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